Acabaron los periodos preelectoral
y electoral, los mítines y encuestas, las promesas y buenas intenciones, la
pegada de carteles y el buzoneo. Y llegaron los resultados: unos subieron en
concejales y otros bajaron; unos subieron en votos y otros se estrenan; unos
consiguen entrar en el Ayuntamiento y otros se quedan a las puertas. Pero todos
han trabajado duramente en sus respectivos partidos para que La Victoria de
Acentejo sea un pueblo pujante, un pueblo que avance en solidaridad y justicia
social, un pueblo que renueve y cree nuevas infraestructuras, un pueblo que
avance en educación y cultura, un pueblo del siglo XXI.
Los resultados son los que son,
los que la ciudadanía ha querido que fueran. Siendo esto muy importante ya que
se compite para ganar y poder llevar a la práctica los ideales políticos de
cada uno, no quiero hacer referencia a ello. Aquí lo que me interesa destacar
es el compromiso social y político de los actores de estas elecciones
municipales: de los que fueron en las listas, titulares o suplentes; de los que
pegaron carteles y colgaron banderas; de los que prestaron sus coches y su
tiempo. Y de entre todos ellos a mis queridos alumnos y alumnas que han dado un
paso al frente y se han sumado a la noble tarea de la política. Ya Aristóteles,
en su obra Política, calificaba al
ser humano como zoon politikon, animal político que incluye la familia, aldea y
polis, es decir, que se socializa, lo cual no significa una acción más en su
vida, como ser carpintero o taxista, sino que desde ella se define como ser
humano: la política es una actividad inherente a la naturaleza humana.
Y desde esta perspectiva quiero
destacar que todos los partidos políticos que se presentaron a las elecciones
llevaban en sus listas a alguno de ellos. Alumnos y alumnas preparadas,
capaces, universitarias, profesionales, jóvenes comprometidos que dieron un
paso al frente para involucrarse en la mejora social y política de su pueblo. Y
por lo que decían en sus cuentas de las redes sociales así como en los eslóganes
de sus partidos estaban más de acuerdo con la concepción kantiana de la
política, recogida en su obra La paz
perpetua, donde la política está ligada a la moral y no hay disputas entre
la teoría y la práctica, que con la concepción maquiavélica que separa la
política de la moral, o la hobbesiana que afirma que “el hombre es un lobo para
el hombre” propiciando un concepto de política como el medio para mantener una
ventaja.
Alumnos y alumnas que en las
aulas del IES La Victoria. Alfonso Fernández García eran compañeros y
compañeras, conciudadanos y vecinos de La Victoria, residentes en los barrios
del municipio, de la parte alta o baja del pueblo. Alumnos y alumnas que ahora
compiten por un ideal político, por una posición ideológica, por las siglas de
un partido. Antiguos compañeros de instituto que se convierten en nuevos
compañeros de la política. Y esta savia nueva que la ciudadanía incorpora a las
instituciones públicas debe servir para que el pueblo de La Victoria avance en
cohesión social, en igualdad de oportunidades, en gestión transparente, en
nuevas infraestructuras, en apoyo a la educación y a la cultura, en lograr que
el municipio entre en el siglo XXI por la puerta grande y que los victorieros y
victorieras se sientan orgullosos de su pueblo.
A todos y cada uno de esos
alumnos y alumnas que han dado un paso al frente, cuyos nombres todos conocemos,
quiero decirles lo orgulloso que estoy del compromiso que han adquirido, de la valentía
y entereza que han mostrado al exponerse públicamente, del coraje y osadía para
luchar por sus ideales y ponerlos al servicio de su pueblo, del atrevimiento e
intrepidez para aparecer en unas listas electorales sea el puesto que fuere.
Ahora hay que tener el arresto suficiente y las agallas necesarias para aceptar
la decisión de las urnas porque en democracia la ciudadanía tiene la última
palabra. Si todo lo dicho me llena de orgullo y satisfacción por el excelente trabajo
realizado por todos y cada uno de ustedes, el trabajo que les espera ahora debe
refrendarnos el talante democrático, el temperamento tolerante y el carácter ético
del servidor público allí donde las urnas los ha situado.
Los que han ganado, gobernando
para todos y todas; los que están en la oposición, ayudando a gobernar y
vigilando que las acciones de gobierno se encaminen hacia el bien común; los
que se quedan fuera del Consistorio, involucrándose en la vida política para
crecer como partido y ofrecerse como alternativa; todos, con la disposición
necesaria para que La Victoria de Acentejo siga creciendo como pueblo y sus
habitantes prosperen económica, social y moralmente. Permítanme una petición
como docente, algunos de ustedes estudiaron en el CEIP Santo Domingo, otros en
el CEO Príncipe Felipe, algunos en las Unitarias, pero todos en el IES La
Victoria. Alfonso Fernández García: ¡No se olviden de la Educación! ¡Apoyen a
los centros de enseñanza del Municipio!
Me gustaría terminar con una
frase que recoja los eslóganes de todos los partidos políticos a los que
ustedes pertenecen con la convicción de que unidos seremos más fuertes, de que
juntos haremos más grande a La Victoria, de que ninguno sólo es tan bueno como
todos juntos.
«
¡Vamos ciudadanos, siempre hacia delante! Centrados en tu futuro, luchamos por
la Victoria de Acentejo porque el futuro de la Victoria es nuestro. »
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